El ama de casa y el camionero
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Aitor Mento dijo...
Al menos siete muertos en Haití tras el paso de "Tomás"
El Correo
Ah, que se trataba de un huracán...
El Correo
Ah, que se trataba de un huracán...
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Jergote dijo...
Buenos días.
Bueno, ya sabemos en lo que han estado trabajando los 650 asesores presidenciales los últimos: medidas para sacar la economía adelante?
No.
Zapatero, de viaje sorpresa en Afganistán: "No estamos para quedarnos"
LD
Viene el Papa y hay que robarle espacio en los telediarios del sábado y los titulares del domingo. De paso, hacemos un gesto 'de derechas', que camufle su ausencia y evitamos el debate de qué hacemos en esa guerra. Y la foto, lo más importante, claro.
Si esta gente dedicara la mitad del tiempo que dedica a propaganda a hacer su trabajo... No termino la frase, porque solo* pensarlo me ha entrado un escalofrío.
*RAE dixit
Bueno, ya sabemos en lo que han estado trabajando los 650 asesores presidenciales los últimos: medidas para sacar la economía adelante?
No.
Zapatero, de viaje sorpresa en Afganistán: "No estamos para quedarnos"
LD
Viene el Papa y hay que robarle espacio en los telediarios del sábado y los titulares del domingo. De paso, hacemos un gesto 'de derechas', que camufle su ausencia y evitamos el debate de qué hacemos en esa guerra. Y la foto, lo más importante, claro.
Si esta gente dedicara la mitad del tiempo que dedica a propaganda a hacer su trabajo... No termino la frase, porque solo* pensarlo me ha entrado un escalofrío.
*RAE dixit
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Mazinger dijo...
España no crece en el tercer trimestre. El PIB intertrimestral se estanca y algunos indicadores adelantados, tales como el índice de actividad del sector servicios (PMI), avanzan ya una nueva contracción económica a finales de año. El riesgo de recaída (crisis en W) se acentúa.
Y de mientras el gobierno hablando del sexo de los angeles y sus apellidos. Vivir para ver
Y de mientras el gobierno hablando del sexo de los angeles y sus apellidos. Vivir para ver
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Ella dijo...
Zapatero ha destacado ante los soldados en Afganistan el "buen ambiente".
Que se quede hombre, que ali no le silba nadie. Si le parece tan estupendo el ambiente...
Que se quede hombre, que ali no le silba nadie. Si le parece tan estupendo el ambiente...
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Monsieur de Sans-Foy dijo...
Zapatero, en Kabul:
"No estamos aquí para quedarnos".
Coño... Eso se lo tenías que haber dicho a los nuevos ministros.
"No estamos aquí para quedarnos".
Coño... Eso se lo tenías que haber dicho a los nuevos ministros.
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Rorschach dijo...
Zapatero ha metido en el GPS la dirección "lo más lejos posible del Papa" y ha aparecido en Afganistán. Karmamá y la Ministrini le acompañan para hacer juntas tanto bulto como Moratinos solo.
Los talibán denuncian tácticas de guerra inhumanas: "Los que nos reprochan que decapitemos a la gente no han escuchado nunca un discurso de Zapatero"
Los talibán denuncian tácticas de guerra inhumanas: "Los que nos reprochan que decapitemos a la gente no han escuchado nunca un discurso de Zapatero"
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El Capitán Trueno dijo...
Soy sincero, nunca pensé que podríamos echar de menos al nefasto Moratinos.
Pero ver a la 'ministrini' babosear ante el ministro del sátrapa marroquí, diciendo que "respeta" las actividades de la censura y la dictadura del sultán, aguantando sin romper relaciones con Venezuela aunque los esbirros del gorila rojo insulten no sólo a las víctimas del terrorismo, sino al pueblo español y hasta al gobierno de Zapatero...
...trae estas consecuencias: linchamiento de dos periodistas españoles por una turbamulta en unos juzgados de Casablanca. Somo el hazmerreir internacional, tenemos un gobierno de la señorita Pepis (ups, a la hoguera conmigo, por incorrecto)
¡Dios mío, que vuelva Moratinos, aunque sea llorando!
salud, ciudadanos.
Pero ver a la 'ministrini' babosear ante el ministro del sátrapa marroquí, diciendo que "respeta" las actividades de la censura y la dictadura del sultán, aguantando sin romper relaciones con Venezuela aunque los esbirros del gorila rojo insulten no sólo a las víctimas del terrorismo, sino al pueblo español y hasta al gobierno de Zapatero...
...trae estas consecuencias: linchamiento de dos periodistas españoles por una turbamulta en unos juzgados de Casablanca. Somo el hazmerreir internacional, tenemos un gobierno de la señorita Pepis (ups, a la hoguera conmigo, por incorrecto)
¡Dios mío, que vuelva Moratinos, aunque sea llorando!
salud, ciudadanos.
4:56 PM
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( 8 Remazos)
MariscalZhukov dijo...
¡Hay que ver cómo se pone la tropa cuando les dice una verdad un peregrino alemán! En El País van por 1600 comentarios.
Hay uno que hasta quiere encerrar a los católicos en una iglesia y prenderle fuego. Nada original desde luego.
Hay uno que hasta quiere encerrar a los católicos en una iglesia y prenderle fuego. Nada original desde luego.
8:19 PM
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Artanis dijo...
I .
El Patrón, en su periplo hollywoodiense-sabatino toca un tema que me resulta tierno, simpático, evocador. De esos en los que te interesas porque te parece vislumbrar, con el paso de los años y el anecdotario trágico que lo envuelve, la encarnadura del hombre tras el disfraz del personaje. Un querido amigo -para quién la música es una de las cosas más amadas sobrela Tierra- y yo mismo, tenemos entre nuestras coincidencias, una irracional simpatía –desde nuestra fiera heterosexualidad, como dirían él y Homer Simpson- por la figura de Hudson. Siempre, en nuestras charlas cinéfilas, hemos hablado de filmes en los que él está y de él mismo, con un extraño afecto, subyugados -quizá- por la figura de un actor (sí, actor, ahora me referiré a ello) que siempre parecía estar predispuesto a llevar la gracia de sus papeles más allá del “corten” y a seguir la eterna fiesta.
Muchas veces aparecen esas encuestas de “¿con quién se iría vd. a tomar unas cervezas?”, predominando políticos y actores -bueno, y ahora, Punset- en las respuestas. Husdon transpiraba ganas de party, joie de vivre en sus personajes, incluso en los trágicos. Puede que porque era alto y jodidamente guapo. Puede que a muchos no les haga falta nada más para enrolarse en un interminable jolgorio, para convertir su vida en una fiesta sin fin. Así que –si puedes- ¿por qué no unirte a ello, colarte en la fiesta con más estilo que en aquella horrible canción de Mecano? Con Hudson -eso es cierto- lo más probable es que, a poco atractivo que tú –varón- fueses, intentase culminar la fiesta a tus espaldas... y no quiero decir sin tu complicidad.
Porque Hudson sabía lo que era ese apetito. Era voraz, que no omnívoro. James Ellroy le ha usado como secundario salido en varios de sus relatos del submundo negro hollywoodiense, víctima de chantajes en la mayor parte de situaciones. Una fiera devoradora de hombres, un cazador. Un depredador. Y feliz de serlo, que cojones...
Y yo, que siempre he sentido esa simpatía –compartida con este amigo- por el bueno de Roy (Hudson odiaba su nombre artístico) he estado paseando hoy por mi ciudad con el libro equivocado bajo el brazo. Quería releer una sincera entrevista que concedió antes de su pesadilla final, en sus últimos buenos años, en1.980, a sabiendas de que no se publicaría. Pero, al salir de casa, me llevé el libro erróneo. No lo interpreto como un ataque primario de Alzheimer, mas como una evidencia de que estoy matando al cinéfilo Artanis, que tanto me ha dañado. Pero a veces es incómodo. Así que, al volver a casa, he seleccionado el título que tenía originariamente en la cabeza “Conversaciones Secretas” de Boaz Hadleigh (Ultramar, 1.987). Es un libro excepcional; un conjunto de entrevistas con homosexuales del mundo del cine, de esos del “ya se sabe” y en casi todos los casos, se sabía... Sal Mineo, quién en sus juegos con el “wild side” -que diría Lou Reed-, se encontró con dos puñaladas mortales. Visconti, Cecil Beaton. Y dos muy especiales; una, una espléndida entrevista con el director George Cukor (“Historias de Filadelfia”, “Ricas y Famosas”...) y otra, la narración de unos atroces encuentros entre el autor y Rainer W. Fassbinder. Puro horror. Como decía Danny de Vito de su esposa, interpretada por Bette Midler en cierta película, “Ghandi la estrangularía”. No se llega a entender por qué el autor no asesina al teutón, individuo paranoico, cargante, insoportab
El Patrón, en su periplo hollywoodiense-sabatino toca un tema que me resulta tierno, simpático, evocador. De esos en los que te interesas porque te parece vislumbrar, con el paso de los años y el anecdotario trágico que lo envuelve, la encarnadura del hombre tras el disfraz del personaje. Un querido amigo -para quién la música es una de las cosas más amadas sobre
Muchas veces aparecen esas encuestas de “¿con quién se iría vd. a tomar unas cervezas?”, predominando políticos y actores -bueno, y ahora, Punset- en las respuestas. Husdon transpiraba ganas de party, joie de vivre en sus personajes, incluso en los trágicos. Puede que porque era alto y jodidamente guapo. Puede que a muchos no les haga falta nada más para enrolarse en un interminable jolgorio, para convertir su vida en una fiesta sin fin. Así que –si puedes- ¿por qué no unirte a ello, colarte en la fiesta con más estilo que en aquella horrible canción de Mecano? Con Hudson -eso es cierto- lo más probable es que, a poco atractivo que tú –varón- fueses, intentase culminar la fiesta a tus espaldas... y no quiero decir sin tu complicidad.
Porque Hudson sabía lo que era ese apetito. Era voraz, que no omnívoro. James Ellroy le ha usado como secundario salido en varios de sus relatos del submundo negro hollywoodiense, víctima de chantajes en la mayor parte de situaciones. Una fiera devoradora de hombres, un cazador. Un depredador. Y feliz de serlo, que cojones...
Y yo, que siempre he sentido esa simpatía –compartida con este amigo- por el bueno de Roy (Hudson odiaba su nombre artístico) he estado paseando hoy por mi ciudad con el libro equivocado bajo el brazo. Quería releer una sincera entrevista que concedió antes de su pesadilla final, en sus últimos buenos años, en
II.
Y cierra las entrevistas, Rock... quién en el trato corto se muestra irónico, casi cínico; desencantado pero con una carga restante de lucidez como para centrarse en lo que le gusta... disfrutar de quién ha llegado a ser y no tomarse a sí mismo demasiado en serio. Bueno en el regate corto, en el humor a quemarropa... un perfecto partenaire para ir a cenar y tomarse unas copas... si quieres entrar al cuarto oscuro, es asunto tuyo...
Su autobiografía, redactada a regañadientes cuando se sabía condenado, es un buen complemento, libre de autoconmiseración, a pesar de la parte última, en la que él ya no podía estar, sino como cuerpo no participativo, agónico, en un circo a veces indescriptible... en sus últimas horas de agonía, ese cantante blandiblub llamado Pat Boone y su esposa, ambos ministros revivalistas o algo así, se empeñaban en imponerle sus manos y oraciones, augurando el sanamiento, casi como un Lázaro, de la estrella. Años más tarde, el melifluo Boone se hizo heavy y grabó un disco de versiones jazzy de hitos del rock duro. Mentes preclaras las hay en todas partes. O sic transit tocando los cojones, lo que prefieran vds.
He tenido amigas y madres de amigas que soltaban el mismo comentario al recordar a Rock... “¡Qué desperdicio!” Supongo que para la corrección política, es este un comentario al nivel de Berlusconi. Pero, afinemos más. Es que Rock era puro sexo. No, en serio. Lo era. Yo creo que su vida privada, su apetito carnal, transpiraba el celuloide... jodidamente guapo y aparatoso, con el tupé irreductible, con el deje de leve despreocupación en los labios. Creo que incluso en nuestro país en los años 60, su presencia en pantalla olía a sexo. ¡Joder, él podía! Cambien el orden del sintagma, también sirve. Y eso, al hombre bajito y envidioso, al español de negro le debía de sentar como una patada en la entrepierna. Tengo en mi audioteca (suena a material
ordenado... y no lo está) un programa de la extinta Antena 3 Radio, emitido el día de su muerte, en el que no sé si Miguel Ángel García Juez o el fallecido Antonio Herrero recordaba eso mismo... “les decíamos a las chicas que lo miraban en pantalla, arrobadas, ese es maricón . ¡Coño y era cierto...!” Y esa era la idea. ¿Cómo narices no va a oler a macho -sí, he dicho macho- cabrío un tipo de dos metros por uno, sonrisa en los ojos, fumador impenitente y que parecía trasegar whisky como otros tónica Finley (era la época). Mucho resentido es lo que hay
Y cierra las entrevistas, Rock... quién en el trato corto se muestra irónico, casi cínico; desencantado pero con una carga restante de lucidez como para centrarse en lo que le gusta... disfrutar de quién ha llegado a ser y no tomarse a sí mismo demasiado en serio. Bueno en el regate corto, en el humor a quemarropa... un perfecto partenaire para ir a cenar y tomarse unas copas... si quieres entrar al cuarto oscuro, es asunto tuyo...
Su autobiografía, redactada a regañadientes cuando se sabía condenado, es un buen complemento, libre de autoconmiseración, a pesar de la parte última, en la que él ya no podía estar, sino como cuerpo no participativo, agónico, en un circo a veces indescriptible... en sus últimas horas de agonía, ese cantante blandiblub llamado Pat Boone y su esposa, ambos ministros revivalistas o algo así, se empeñaban en imponerle sus manos y oraciones, augurando el sanamiento, casi como un Lázaro, de la estrella. Años más tarde, el melifluo Boone se hizo heavy y grabó un disco de versiones jazzy de hitos del rock duro. Mentes preclaras las hay en todas partes. O sic transit tocando los cojones, lo que prefieran vds.
He tenido amigas y madres de amigas que soltaban el mismo comentario al recordar a Rock... “¡Qué desperdicio!” Supongo que para la corrección política, es este un comentario al nivel de Berlusconi. Pero, afinemos más. Es que Rock era puro sexo. No, en serio. Lo era. Yo creo que su vida privada, su apetito carnal, transpiraba el celuloide... jodidamente guapo y aparatoso, con el tupé irreductible, con el deje de leve despreocupación en los labios. Creo que incluso en nuestro país en los años 60, su presencia en pantalla olía a sexo. ¡Joder, él podía! Cambien el orden del sintagma, también sirve. Y eso, al hombre bajito y envidioso, al español de negro le debía de sentar como una patada en la entrepierna. Tengo en mi audioteca (suena a material
ordenado... y no lo está) un programa de la extinta Antena 3 Radio, emitido el día de su muerte, en el que no sé si Miguel Ángel García Juez o el fallecido Antonio Herrero recordaba eso mismo... “les decíamos a las chicas que lo miraban en pantalla, arrobadas, ese es maricón . ¡Coño y era cierto...!” Y esa era la idea. ¿Cómo narices no va a oler a macho -sí, he dicho macho- cabrío un tipo de dos metros por uno, sonrisa en los ojos, fumador impenitente y que parecía trasegar whisky como otros tónica Finley (era la época). Mucho resentido es lo que hay
III.
¡Ah, y la puntilla! “Es que era mal actor”. Hay mucho título flojo en su filmografía y él mismo decía que no era Olivier ni Brando (mucha basura rodaron ambos, por cierto) pero reto a cualquiera a ver el hoy título de culto “Seconds” (Plan Diabólico) una revisitación del mito faústico, o el épico melodrama “Gigante” (Gigante es Hudson , no Dean, Garci dixit... y Garci habla y escribe bien de cine, ojalá rodara igual...) título éste en el que enmarca con sus hombros a las llanuras de Texas y a la reina de ojos violeta, la mariliendre Elizabeth Taylor, siempre con su cohorte de actores gays alrededor. O los melodramas que le hicieron estrella, firmados por la mano maestra del germano-danés, recalado en los Estados Unidos, Douglas Sirk, quien pudiera ser a este género lo que Hitchcock al thriller. Sirk lo dijo “la cámara amaba a Rock”. Se lo dijo a Antonio Drove (“La Verdad Sobre El Caso Savolta”). Se lo dijo -y perdonen la disgresión- en una entrevista río de horas y horas, filmada muy pocos años antes de la muerte de Sirk, en la que desgranaba su vida y carrera, el cómo entendía el Cine y el Melodrama. Tuve oportunidad, mientras recibía unas clases de Drove -verborrágico y desordenado, pero brillante en su manera de hallar diamantes entre esas palabras acerca del cine, en sus columnas- de preguntarle acerca de esa entrevista realizada quince años antes. Su respuesta me dejó helado... “destruida, irrecuperable, TVE no ha guardado nada” No podía creerlo; en los albores que eran del S.XXI, TVE había destruido el testimonio único (triste, solitario y final, con tu permiso D. Raymond) de una de las piedras fundamentales del Hollywood clásico y que obraba en nuestro poder. Drove desesperado. Pues bien, si yo quisiera convencer a alguien de que en el dotado comediante de “Confidencias a Medianoche” o su semisecuela, la divertidísima “Pijama Para Dos”, anidaba un más que válido actor dramático, le proyectaría “The Tarnished Angels” (Ángeles Sin brillo) , adaptación de un relato de Faulkner, negro y fúnebre melodrama, en cuya penúltima secuencia, Hudson en el papel de un dipsómano periodista, vomita un monólogo memorable, dolido, al que solo se puede reprochar que -teniendo por llegar éxitos- puede que jamás igualara en los en los casi treinta años que le quedaban de carrera. Muchas otras estrellas, como Burt Lancaster o Gregory Peck eran, al inicio, presencias declamativas, que fueron mejorando (y más que simplemente mejorar... de Brando habría que acudir al Padrino para encontrar algo comparable al Gatopardo de Lancaster…)
Hay, en perspectiva, una imagen bienpensante de castigo hacia Hudson por su vida “perversa” (como está teniendo lugar a otro nivel, con Michael Douglas, “adicto al sexo, al tabaco, al alcohol yla Zeta-Jones ”) A muchos les sigue gustando ver a los pecadores castigados y más si presumen desde la pantalla. En la citada entrevista de Hudson, se ve que éste no tenía el menor interés en quemarse a lo bonzo, para reivindicar nada y que al principio trató de ocultarse y cerrar el armario por dentro, llegando con los años a una relativa paz, amparada en gran medida en que el sistema de Hollywood no se jodía a sí mismo. Mientras siguiera en el negocio, no había porque hacerle mucho la puñeta en público, si lo llevaba con un mínimo de discreción. Aunque en el mundillo y más en el ambiente, todos lo supieran.
¡Ah, y la puntilla! “Es que era mal actor”. Hay mucho título flojo en su filmografía y él mismo decía que no era Olivier ni Brando (mucha basura rodaron ambos, por cierto) pero reto a cualquiera a ver el hoy título de culto “Seconds” (Plan Diabólico) una revisitación del mito faústico, o el épico melodrama “Gigante” (Gigante es Hudson , no Dean, Garci dixit... y Garci habla y escribe bien de cine, ojalá rodara igual...) título éste en el que enmarca con sus hombros a las llanuras de Texas y a la reina de ojos violeta, la mariliendre Elizabeth Taylor, siempre con su cohorte de actores gays alrededor. O los melodramas que le hicieron estrella, firmados por la mano maestra del germano-danés, recalado en los Estados Unidos, Douglas Sirk, quien pudiera ser a este género lo que Hitchcock al thriller. Sirk lo dijo “la cámara amaba a Rock”. Se lo dijo a Antonio Drove (“
Hay, en perspectiva, una imagen bienpensante de castigo hacia Hudson por su vida “perversa” (como está teniendo lugar a otro nivel, con Michael Douglas, “adicto al sexo, al tabaco, al alcohol y
IV.
Las bromas homófobas no eran excesivas en número y en el mundo pre-Internet, las ondas no llegaban muy lejos... Hay un gag de un episodio del Show de Dean Martin -quién rodó un western con Hudson y no se llevó muy bien con él- en el que el miembro del Rat Pack soltó uno de sus célebres (y a veces muy divertidos) chistes homófobos. Franqueado por Orson Welles y James Stewart, fingían estar en una peluquería, con cierta pluma y comentaban que en la fiesta de anoche se habían vivido momentos de tensión “cuando Rock Hudson y Tab Hunter descubrieron que vestían el mismo modelo de americana.” A finales de los sesenta, rodó otro western con John Wayne; Hudson estaba preocupado por estar frente a frente con el icono de Americano por excelencia. Se relajó cuando al ir a estrechar su mano en el set, le pilló retocándose el maquillaje de labios. Esa ironía le permitió no volverse loco, ayudado por la espita de su poder sexual, de su frenética caza del hombre(s). La misma ironía que le hacía responder a la pregunta de si era cierta la leyenda urbana de que Howard Hugues había visto cada día en los últimos años de su vida “Estación polar Zebra”, título encabezado por el gigante... "Eso basta para volver loco a cualquiera.”
Un título aparte, como “Querido Profesor”, queda como testimonio de la última etapa de la revolución sexual en los setenta. Lástima de fracaso de este giallo a la americana, rodado por el erotómano Roger Vadim. La imagen defollapúberes de este profesor de high schoolsospechoso de asesinato, interpretado por Hudson y flanqueado por una Angie Dickinson en suéter ajustado que corta la respiración, queda como testimonio tardío del lado hetero fingido, pero profundamente sexual de alguno de sus caracteres.
Hadleigh: Te ríes mucho, Rock... ¿De qué te gusta reírte?
Hudson: Del sexo (Sonríe) Reírme de él y con él. El sexo es realmente muy divertido si lo analizas bien.
(¿Y Doris Day?, ya que aparece en el cuadro, permítanme decir que se están vds. perdiendo algo si no descubren a esa gran, gran cantante de jazz en sus grabaciones de los años cincuenta y comienzos de los sesenta... pero esto es algo que su éxito en el cine y la televisión, oscureció. Paradojas.)
Las bromas homófobas no eran excesivas en número y en el mundo pre-Internet, las ondas no llegaban muy lejos... Hay un gag de un episodio del Show de Dean Martin -quién rodó un western con Hudson y no se llevó muy bien con él- en el que el miembro del Rat Pack soltó uno de sus célebres (y a veces muy divertidos) chistes homófobos. Franqueado por Orson Welles y James Stewart, fingían estar en una peluquería, con cierta pluma y comentaban que en la fiesta de anoche se habían vivido momentos de tensión “cuando Rock Hudson y Tab Hunter descubrieron que vestían el mismo modelo de americana.” A finales de los sesenta, rodó otro western con John Wayne; Hudson estaba preocupado por estar frente a frente con el icono de Americano por excelencia. Se relajó cuando al ir a estrechar su mano en el set, le pilló retocándose el maquillaje de labios. Esa ironía le permitió no volverse loco, ayudado por la espita de su poder sexual, de su frenética caza del hombre(s). La misma ironía que le hacía responder a la pregunta de si era cierta la leyenda urbana de que Howard Hugues había visto cada día en los últimos años de su vida “Estación polar Zebra”, título encabezado por el gigante... "Eso basta para volver loco a cualquiera.”
Un título aparte, como “Querido Profesor”, queda como testimonio de la última etapa de la revolución sexual en los setenta. Lástima de fracaso de este giallo a la americana, rodado por el erotómano Roger Vadim. La imagen defollapúberes de este profesor de high schoolsospechoso de asesinato, interpretado por Hudson y flanqueado por una Angie Dickinson en suéter ajustado que corta la respiración, queda como testimonio tardío del lado hetero fingido, pero profundamente sexual de alguno de sus caracteres.
Hadleigh: Te ríes mucho, Rock... ¿De qué te gusta reírte?
Hudson: Del sexo (Sonríe) Reírme de él y con él. El sexo es realmente muy divertido si lo analizas bien.
(¿Y Doris Day?, ya que aparece en el cuadro, permítanme decir que se están vds. perdiendo algo si no descubren a esa gran, gran cantante de jazz en sus grabaciones de los años cincuenta y comienzos de los sesenta... pero esto es algo que su éxito en el cine y la televisión, oscureció. Paradojas.)
12:03 AM
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( 10 Remazos)
KEPA MINONDAS dijo...
Buenas tardes.
Si cuando viene el Papa Zapatero se va a Afganistán sugiero novenas, rogativas, o cualquierra otra de las formas conocidas de tráfico de influencias con el Altísimo, para que el Papa se quede.
Prometo colaboración desinteresada.
Si cuando viene el Papa Zapatero se va a Afganistán sugiero novenas, rogativas, o cualquierra otra de las formas conocidas de tráfico de influencias con el Altísimo, para que el Papa se quede.
Prometo colaboración desinteresada.
Control de Remeros
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