LAS PERLAS DE:

EL BLOG DE SANTIAGO GONZÁLEZ

domingo, 12 de junio de 2011

12 - 06 - 2011

Quién lo iba a pensar

(1 Remazo)
estilete dijo:
¿Y el pollo del TC? ¿Tiene todavía la piel de gallina o a mudado ya la piel de serpiente?.
Y sus cinco mariachis poniendo huevos.

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(2 Remazos)
Espía Ruso dijo:
¡Qué sabio es el refranero español!
“Cuando Marzo mayea, Mayo marcea”. Basta con este sencillo refrán, para comprender la variabilidad de las condiciones atmosféricas que caracterizan a estos dos meses.
Si lo aplicamos al ámbito político, en especial al digital candidato:
“Cuando Alfredo rubalcabea, Rubalcaba alfredea” ¿o no?
Ya no sé cuando habla, si es uno o el otro.

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( 3 Remazos)
Nodoycrédito dijo:
Buenos tardes.
1. Culpables de lo acontecido en el País Vasco, el Presidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero y el Vicepresidente 1º Alfredo Pérez Rubalcaba. Nada de ignorancia o maldad. Tan simple como que a una gran mayoría de españoles le importa una mierda la libertad y se han rendido a esta paz indigna, olvidando los 858 asesinatos ejecutados por la organización terrorista ETA para conseguir sus objetivos.
2. Cooperantes necesarios, los seis Magistrados del TC que presididos por Pascual Sala sentenciaron la legalidad de un partido racista, xenófobo y totalitario.
3. Legitimadores, los ciudadanos vascos que con su voto han colocado a los terroristas en cargos púbicos municipales.
Lidiar con esta crisis social en la que España está sumida, va a suponer años de sacrificio para todos los ciudadanos de bien.

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( 4 Remazos)
Desencantado dijo:
Disculpen mi atrevimiento pero ¿están ustedes seguros de que Bildu es una “coalición” y no una “coacción”?

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( 5 Remazos)
El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, lamentó el poder municipal que ha obtenido Bildu y, de forma velada, acusó al PNV de haberlo permitido
¿Acaso hizo Alfredo algo, o el gobierno que Alfredo vicepreside, para evitarlo?

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( 6 Remazos)
chigorin dijo:
Veo las imágenes y declaraciones de las tomas de posesión de los alcaldes bildutarras, y me pregunto: ¿dónde está EA? ¿Dónde está Alternatiba? Sólo está Batasuna, sin aditivos ni colorantes. EA y Alternatiba creen que han ganado, y serán fagocitados por Batasuna como lo fueron antes otros.
Parece mentira que esta política de gran alianza nacionalista, que nunca les funcionó muy bien en el ámbito sinidcal (ni estudiantil ni ecologista, ni tantos otros), y que se veía “de venir”, se les haya permitido cuando lo que está en juego es el poder municipal y foral.
Me quedo con lo que ha dicho Regina Otaola: “Es una batalla perdida, no la guerra”.

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( 7 Remazos)
Corrupción y corruptelas
Pensando en el debate que abrió vd ayer en referencia a la permisividad social española en materia de corrupción política, me vino a la mente un lógica aplastante:
Si una serie de amorales ignorantes desnortados, culpables, eso sí, ante la Historía, han preparado a la población durante dos legislaturas, 8 años, para que la violencia asesina no se distinga de la legítima defensa del Estado de Derecho.
Si, previamente, otros desconocedores de la condición humana han consentido que un nacionalismo de ensueño eduque a los niños en las escuelas con nuevas hisorietas tragicómicas sobre su héroe pueblo avasallado por España.
Si unos desvegonzados gobernantes de los tres exdivisos poderes, dan la luz verde para que los palmeros de los asesinos se hagan los dueños de 100 municipios vascos…
Si, por otra parte, aquí se ha judicializado la política hasta extremos amarillos.
Si un político -y su familia- sabe que tiene que estar dispuesto a que, cada mañana, cualquiera desde cualquier medio, le pueda imputar perrerías gratis sin fundamento.
Si se confunden, mediante penas mediáticas o de telediario, la investigación policial transmitida delictivamente, con la investigación judicial y la imputación, con la condena. Si la presunción de inocencia se convierte en la antidemocrática presunción de culpabilidad.
Si su vida privada deja de tener el valor de íntima para convertirse en farsa gratuíta de telebasura y corazón. Si para un empresario o comercial tener un familiar político es casi tanto como ser condenado a emigrar, por la práctica imposibilidad de mantener relación comercial alguna con las Administraciones.
Si hasta hay que entregar tus datos patrimoniales a manos de los palmeros de los asesinos, cuando estos acostumbran a sacar buenos réditos, ayer, hoy y mañana, de tal conocimiento….
¿A quién le extraña que la ciudadanía, los propios políticos y, desde luego, el mundo empresarial considere que las generalizadas corruptelas son injustamente perseguidas, mientras las históricas comisiones del 3% en los ‘Estados’ de 1ª o el histórico cobro del ‘impuesto revolucionario’, son considerados un mal menor?
Y ya en un terreno aparentemente más banal: si unos sinvergüenzas indignados antiSistema pueden, impunemente, inclumplir la ilegalidad y delinquir diriamente, ahora aquí, más tarde allá, por la sencilla razón de que el Ministro del Interior Rubalcaba no quiere enturbiar la imagen del candidato ‘Alfredo’, ¿a quién le puede extrañar que en la país del todo vale, ‘Alfredo’, y tantos otros, use Falcons militares mezclando sus esquizofrénicas obligaciones?
Para terminar: cuando el agonizado, a través de las Trini y de Carmen de Barroso insiste, por ejemplo, en mantenernos ‘permanentemente’ en una guera con Libia que nadie nos ha explicado ¿a alguien le extraña el coqueteo tradicional de cierto empresariado con los políticos, en forma de dádivas -o, como se hacía antes, llevándoles de putas- le importe a nadie un carajo?
Pues eso. Cuando la amoralidad generalizada conduce a la necesidad de regenerar primero lo gordo.
Y la casa, si barrer, pretendiéndola empezar a construir por el techo.
El quicio de la mancebía [EQM]

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( 8 Remazos)
Sobaco dijo:
Buenos razonamientos en el artículo. Está claro que la legalización de los batasunos disfrazados de Bildu ha sido la victoria etarra, justo cuando ETA estaba en las últimas, más en el arcén de la Historia que nunca, aunque siempre estuvo ahí aunque ellos no se percataran, porque en una Europa democrática o que aspira a serlo, un grupo nacional socialista terrorista está fuera del tiesto. El terrorismo hoy es cosa de medievales como los islamistas alucinados.
La herencia de ésta etapa del PSOE para Espanistan va a ser muy pesada. A una ruina económica que durará un porrón de años, se une el estropicio de darle esa victoria a los nacional socialistas euskaldunes en vez de haber derrotado definitivamente a los etarras. Estamos listos de papeles.

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 ( 9 Remazos)
Gulliver dijo:
Buenos días
El próximo lendakari-recolektari se hartará de comer nueces

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( 10 Remazos)
EL CHUPETE.
Una mujer que vivió tristezas y alegrías, como todo ser humano, más o menos separadas por fronteras anímicas que permiten llorar y reír en cada momento oportuno.
Pero sufrió dos zarpazos. Golpes, muchos. Caricias, innumerables. Pero las dos garras que le hicieron flecos el alma fueron especialmente despiadadas.
El primer desgarro lo tuvo muy joven, demasiado. Eran tiempos duros, de la postguerra española. Precariedad, hambre, solventadas con vida y laboriosidad. Era una estupenda modistilla y llegó a ganarse, cosiendo incansablemente para comercios locales, un humilde y precario salario que entregaba religiosamente a sus padres, a quienes durante toda su vida trató de usted.
Conoció a un chico, tan joven como ella, de oficio camarero, apenas traspasados ambos la mayoría de edad legal de entonces, los veintiún años. Se enamoraron y se casaron. Pero no vivieron felices mucho tiempo, porque aquél presente insalubre y desprotegido les enfermó, a la joven pareja, de una de las plagas de la pobreza; el tifus.
Fueron hospitalizados ambos, en sanatorios diferentes. Él murió enseguida y ella supo que se había quedado viuda, cuando todavía no había sanado de la infección. Pero se curó y se reintegró de luto a su vida cotidiana. Imposible calcular el caudal de dolor que le pudo afectar, continuando con su vida, trocada la felicidad incipiente de unos recién casados por la soledad impuesta trágicamente.
Más tarde conoció a otro hombre, once años mayor que ella, viajante de comercio, quien se enamoró de la chica como un verdadero colegial. Terminaron simpatizando mucho y la joven viuda encontró consuelo abundante en ese nuevo noviazgo que culminó en boda, la segunda para ella, la primera y única para él.
No pasó mucho tiempo cuando tuvieron su primer hijo, que les llenó de alegría, sencilla e intensa. Pero querían seguir aumentando su familia y tuvieron, a los tres años, otro niño.
Y ahí le llegó a ella, y esta vez también a él, el golpe terrible de la pérdida de su segundo hijito, con tan solo seis meses, víctima de una enfermedad mal diagnosticada y peor tratada.
El segundo zarpazo, lacerante hasta extremos imposibles de transmitir con palabras, herida que marcó sus vidas para siempre, porque no es figura en el orden natural de las cosas que los padres entierren a sus hijos. No entra en ningún cálculo, enferma sólo el pensarlo.
Ellos no habían leído a Miguel Hernández, pero los versos de su “Elegía” parecían como escogidos y dedicados a su tragedia:
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Aún más cercanos, aplicados al niño que se les murió:
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
Su vida fue por un largo tiempo, la que dijo el poeta, una “vida desatenta”, más aún por cuanto no podían ni pensar en ninguna “muerte enamorada”, ni siquiera formular el deseo de poder “hablar de muchas cosas” con quien les había dejado únicamente la memoria de los primeros tiernos balbuceos.
Pero la vida tiene, siempre, otra ribera. Otras muchas. El tiempo lo convierte todo en memoria, en recuerdo, en evocación. Y el presente continuo ofrece ocasiones para, si no cicatrizar heridas imposibles de cerrar, al menos aliviar la tensión insoportable de su origen.
Tuvieron otro hijo, acogido con todo el amor acumulado en las arcas del dolor y la tristeza.
Dolor y tristeza. Dos términos que parecen sinónimos. Muchos años más tarde, el hermano pequeño de esa mujer quedó viudo de su joven esposa, una mujer extraordinaria por muchos conceptos. Un golpe terrible, otra vez, en la familia. En el funeral, el viudo habló a todos los presentes, conmovidos por la tragedia. Hombre profundamente creyente, les hizo partícipes de su dolor, que sería tan duradero como su vida y al que no quería renunciar a costa de nada, pero manifestó que rogaba a Dios le mantuviera apartado de la tristeza, destructiva para él, para sus hijos y para todos los que le querían.
La vida siguió, pues, para esa familia, para esos padres que habían perdido a su hijo, que tuvieron ocasión de alegrar sus vidas con la llegada de sus primeros nietos, a los que volcaron toda su ternura, la que no pudieron darle, más que por un brevísimo tiempo, a su chiquitín difunto.
Y pasó el tiempo y llegaron los episodios naturales, alegres y tristes, de la vida. El matrimonio llegó a celebrar sus Bodas de Oro. Envejecieron juntos y el segundo marido murió a una edad avanzada, volviéndole a provocar otra dosis de dolor, esta vez más esperado y lógico.
Pero quizás fue la gota que colmó el vaso, frágil aunque duradero, de la resistencia anímica de la mujer, sumiéndola en una depresión de la que apenas pudo emerger brevemente para conocer a su primer biznieto, quizás la última de las sonrisas maternales que sus hijos pudieron verle iluminándole la cara.
Fueron unos años agónicos, tremendos, con un final que reveló de un solo trazo la intensidad aún con más desmesura de la que anotó el poeta de Orihuela:
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento. 
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Ella, en un momento no demasiado alejado de su final, previsto, había revelado a su hijo menor, su última íntima voluntad, que el resto de su familia sólo conoció en el momento de su muerte.
Aferrada a sus manos yertas estaba una cajita, un pequeño recipiente que contenía todo el dolor del mundo: el chupete de su hijo muerto, que había conservado desde los treinta años que tenía cuando lo perdió, hasta los noventa, a punto de cumplir los noventa y uno.
El chupete, guardado durante sesenta años. La más humilde reliquia, triste y conmovedora, de un amor truncado que quiso llevarse a su descanso, por fin, eterno.
Era mi madre.
Falleció el pasado domingo, día 5 de junio del presente año de 2011.
 

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